
Según Seth Godin, un experto en marketing y escritor de libros tan importantes como La vaca púrpura o en el que nos vamos a centrar,¿Eres imprescindible?, hay dos tipos de trabajadores básicos en una empresa: los empleados y los directivos. Pero este autor añade otro más a esta ecuación que no se contemplaba y que es el eje vertebral de cualquier organización: el linchpin.
Como dice David Cantoné en su blog, el linchpin es alguien que puede inventar, crear, conectar y lograr que pasen cosas. ¿Eres así en tu trabajo? ¿Eres así en tu vida? ¿Conoces a alguien así? Según recoge este texto del blog RRHHPress, los linchpin son los ladrillos esenciales de cualquier organización, la pequeña pieza de hardware que evita que una rueda se salga de su eje. No son famosos, pero son fundamentales para la empresa. Además, consiguen los mejores trabajos y la mayor autonomía laboral. Son esos compañeros que ayudan a que todo funcione, que aportan la lucidez cuando más falta hace, que reconducen las relaciones y que dan cohesión al equipo, en definitiva, los que hacen avanzar los engranajes de la organización. Esos elementos que cuando están no se notan pero que su ausencia es sentida por toda la organización. Esa creatividad y esa forma de encontrar nuevas vías hace que salgamos del inmovilismo al que las empresas tradicionales nos tienen acostumbrados (la idea de no te pago por pensar) haciendo que el trabajador aporte y haga avanzar a la empresa y a sí mismo.
La resistencia al cambio no sólo la tienen las personas, muchas organizaciones no aprecian en absoluto que alguien aporte nuevas soluciones, que alguien abogue por crear un nuevo clima de trabajo… pero en verdad, las organizaciones que aprecian, que fomentan y que buscan eso en sus trabajadores son las que realmente crecen y acaban sobreviviendo. ¿Quieres ser imprescindible? Sé linchpin.
Cuando Seth Godin publicó el libro de ¿Eres imprescindible? también publicó un manifiesto llamado Brainwashed, si no lo has leído, es más que recomendable y puede, sólo puede, que te haga tomar una perspectiva diferente del trabajo y de tu vida.