
La educación en la infancia es uno de los aspectos fundamentales para garantizar mayores posibilidades tanto en el ámbito académico como laboral en un futuro.
Cuando los padres invierten para garantizar una calidad educativa de excelencia para sus hijos durante la infancia, se incrementarán el número de posibilidades de que estos se transformen en personas exitosas.
¿Por qué es importante ocuparse de la educación de los hijos durante la infancia?
La infancia es un periodo de la vida que es vital para el descubrimiento y la formación de valores, costumbres y habilidades que irán formando la personalidad de los seres humanos.
Es durante esa etapa del crecimiento donde los niños podrán aprovechar los beneficios de la Educación en la primera infancia, ya que irán adquiriendo una serie de destrezas y estrategias para resolver conflictos y poder afrontar los diferentes desafíos y retos de la vida.
De esta forma, es importante trabajar para que estos cuenten con una educación en la infancia que sea de calidad y al mismo tiempo, aprendan habilidades que fortalezcan valores fundamentales como la responsabilidad, el respeto, la disciplina.
En lo que respecta a la educación y desarrollo en la primera infancia, también hay que afianzar la inteligencia emocional, que es uno de los aspectos más valorados en la actualidad para poder optar a un empleo.
¿Qué aspectos se deben afianzar en la educación en la infancia?
En los primeros años es importante que la educación se comprenda con un acto de autodescubrimiento para los niños, por lo que es importante aplicar técnicas y estrategias creativas tanto en el entorno escolar como en el hogar. Para esto es recomendable el uso de juegos de habilidad mental, que pueden ser de gran ayuda para desarrollar la inteligencia de estos pequeños mientras se divierten.
También es importante que los estudiantes tengan una buena relación con sus profesores. Se debe fomentar la armonía entre estos, siendo recomendable considerar la importancia de la asertividad, comunicación efectiva y excelentes relaciones interpersonales con estos profesionales.
Para esto se pueden obsequiar regalos para profesores, que les mostrarán que se valora su desempeño y el esfuerzo que día a día dan para educar a los niños.
Asismismo, la educación en la infancia debe valorarse como una de necesidad de integrar una serie de sabores que transciendan el conocimiento y formen al ser humano.
Los 4 Pilares fundamentales de la Educación propuestos por Jacques Delors en 1994 y que fundamentalmente se basan en los siguientes preceptos pueden ser de utilidad para comprender algunos problemas esenciales que hay que abordar especialmente con una educación de calidad en la primera infancia:
Aprender a conocer
Este pilar se basa fundamentalmente en la importancia de aprender a aprender, es decir, de que el niño pueda desarrollar una serie de estrategias metacognitivas o un aprendizaje regulado donde este vaya tomando consciencia de la forma en la cual aprende. Con una debida atención y educación en la primera infancia según este enfoque, el niño aprenderá a ser responsable de gestionar sus procesos de aprendizaje.
En la medida que el estudiante sea consciente de cómo aprende al recibir educación en la infancia, podrá aplicar las mejores estrategias para asimilar el conocimiento de un modo más sencillo y saber cómo puede aplicarlo en situaciones de la vida cotidiana.
También se fundamenta en la idea de que es importante que el estudiante pueda aprender una variedad de materias para adquirir cultura general durante sus etapas de crecimiento. Lo cual lo hará sentirse más curioso y motivado al aprendizaje y mostrar una actitud mucho más optimista ante la vida.
Igualmente, el aprender a conocer tiene como propósito que el estudiante sea capaz de realizar análisis mucho más profundos, poniendo atención a los detalles mediante el énfasis en la importancia de la memoria, la atención y el pensamiento.
Aprender a hacer
Este fundamento está asociado al aprender a conocer, diferenciándose esencialmente en el hecho de que se centra más en la necesidad de que los estudiantes deben tener la capacidad de poner en práctica los conocimientos adquiridos.
En este pilar se le da una atención primordial a la necesidad de impartir conocimientos que puedan aplicarse en el mercado laboral que día a día es más competitivo.
Para esto es necesario ayudar a que desde la educación en la infancia, los estudiantes desarrollen habilidades que les permitan poder reciclarse como profesionales y desenvolverse en trabajos que en vez de estar relacionados con el uso y manejo de máquinas, los preparen para enfrentarse a otras tareas que requieren de más esfuerzo cerebral. Estos especialmente se tratan del mando, supervisión y mantenimiento de estos equipos industriales.
Esto se debe al hecho de que estos equipos y maquinarias cada día suelen ameritar de menos manipulación por parte de los humanos, debido a que a medida de que transcurre el tiempo, se tiende más a la automatización de los procesos de producción de las empresas.
Aprender a vivir
Este es un pilar que se centra primordialmente en la necesidad de que las personas aprendan a vivir con los demás. Para esto es importante enseñar a los niños a que solucionen los problemas de manera pacífica y evitando valerse de la violencia.
Se recomienda fomentar el trabajo cooperativo desde la educación en la infancia, para la cual hay que enseñar a los niños a pensar más allá de la competitividad y el deseo de tener éxito individual sin dejar de marcar la diferencia.
Por estas razones, los entornos educativos deben concebirse como espacios plurales de igualdad pese a las diferencias étnicas y raciales que puedan existir entre los estudiantes.
De este se podrán afianzar valores como la solidaridad, empatía.. Así se crean seres humanos que a partir de la formación que reciban en la educación en la infancia sientan una mayor responsabilidad por hacer del mundo un lugar mejor.
Aprender a ser
No menos importante que conocer, hacer o vivir es el aprender a ser, porque en la medida en la que el ser humano tome consciencia de su lugar en el mundo, podría sentirse en mayor armonía y bienestar, manteniendo una actitud positiva ante la vida.
Para esto se debe ayudar al desarrollo global de cada ser humano en lo que se refiere a inteligencia, cuerpo y mente, sentido estético, espiritualidad, responsabilidad individual y sensibilidad.
La idea es que los estudiantes tengan un pensamiento crítico y autónomo, siendo capaces de elaborar juicios con criterios propios y sepan de qué manera actuar ante diferentes circunstancias que puedan presentárseles en la vida.
Se concibe la educación en la infancia como una especie de viaje interior hacia el proceso de maduración que es vital en la formación de la persona.
En definitiva, la educación en la infancia va a ser uno de los aspectos vitales para preparar a los estudiantes para que aspiren a tener un grado universitario y posteriormente puedan triunfar en el mercado laboral, enfrentándose a las diversas necesidades que existen y las transformaciones profesionales que requieren de la presencia de seres críticos que estén preparados para el cambio.