
Hace unos días se publicó la estadística del paro correspondiente al segundo trimestre del año, dejando una cifra de alguna manera esperanzadora, dando los siguientes titulares: el paro baja y sitúa el número total de desempleados en 5.977.500 personas. La tasa de paro cayó al cierre de junio hasta el 26,26% Desde luego es una buena noticia el hecho de que baje el paro, pero debemos coger con pinzas estos datos, pues siempre, en verano, bajan las cifras del paro. ¿Y porqué? Por el denominado empleo estacional, es decir, coincidente con una estación o un periodo de tiempo. Esto se traduce en una sencilla cuestión, y es que durante el verano se realizan muchas contrataciones en el sector servicios: hostelería, restauración y agricultura, principalmente, y esto revierte en que las cifras del paro bajen de manera sustancial. Eso sí, debemos ser conscientes de la duración de esos contratos, igualmente circunstanciales, como la bajada en la cifra del paro.
El empleo estacional es aquel trabajo que se realiza sólo en ciertas épocas del año, así pues va siempre ligado a momentos específicos: la recogida de fruta, camareros de pisos para hoteles, animadores turísticos y todos aquellos trabajos relacionados directamente con la hostelería, sobre todo en la playa. Este tipo de empleo, aunque por lo general suele generar un gran nivel de contratos, suelen ser la mayoría de veces temporales y coincidentes con la época del año (verano, navidad y la campaña de rebajas, semana santa…) con una duración concreta para la época específica del año. Y la verdad es que aunque los datos de esta encuesta de la EPA sean de los mejores desde que empezó la crisis, ya que se trata de la mayor caída del paro desde que comenzó la crisis y el número de desempleados desciende de la fatal cifra de seis millones de parados, no debemos perder de vista este concepto de temporalidad. Así pues, debemos seguir preparándonos y buscando alternativas para, a la vuelta del verano, estar lo más preparados posible.