
Cuando nos situamos ante la búsqueda de empleo, debemos tener claro no sólo dónde queremos ir, es decir, nuestro objetivo profesional, sino también nuestro punto de partida, es decir, nuestras capacidades, competencias, conocimientos, experiencias y todo ese largo etcétera que nos va a permitir hacernos una composición sobre nosotros mismos. Sin tener claro lo que tenemos y, por ende, lo que podemos ofrecer, nunca podremos trazar un itinerario de búsqueda de empleo coherente, y nuestro objetivo laboral no será acorde a la realidad.
El autoconomiento nos ofrece ese punto de partida, y a través de éste podemos empezar a descubrir aquello en lo que somos realmente buenos, es decir, nuestros talentos, porque por si alguien lo dudada, todos somos experto en algo, sólo es cuestión de descubrirlo y ofrecerlo al mundo. Cuando hablamos de talento lo definimos como el conjunto de facultades o capacidades tanto artísticas como intelectuales. Es decir, aquello en lo que somos buenos. Y ojo, esto puede o no coincidir con nuestra experiencia laboral. Un ejemplo: puedo tener mucha experiencia como abogado laboralista pero tener un gran talento para la escritura y la redacción de contenidos, algo que además de que lo hago bien, me gusta, me aporta mucho y me satisface. Ese talento o talentos tengo que ser capaz de descubrirlo por mi mismo, y una vez que los tengo claros, lo ideal es ver de qué forma los puedo volcar en mi ámbito profesional. ¿Cómo puede un abogado laboralista potenciar su talento escritor? Tal vez colaborando en una publicación específica de temática legal, por ejemplo. Otro ejemplo, durante años me he dedicado a la limpieza, pero siempre me ha gustado y he tenido capacidad para transmitir ideas y conceptos, me expreso bien y me gusta trabajar con personas. Ese talento innato de transmitir lo puedo aplicar en mi ámbito laboral como, por ejemplo, formador en el ámbito de la limpieza, aprovechando toda mi experiencia previa y traduciéndola en algo nuevo que me aporta mucho más y donde yo puedo aportar mucho más también.
En realidad, buscar el talento no depende de nadie más que de uno mismo, y ver cómo lo puede uno relacionar con su mundo laboral o profesional, también. Por eso antes de empezar a buscar trabajo, si puedo y si lo quiero hacer realmente bien, deberé pararme, pensar, conocerme y, sobre todo, potenciarme para poder ofrecer al mercado un perfil realmente atrayente.