
La búsqueda de empleo se ha convertido hoy en día en toda una aventura. Cada vez son más los requisitos que se piden a la hora de optar a un puesto de trabajo. Y las empresas cada vez son más exigentes al contratar un nuevo empleado.
Esto sumado a la gran competencia a la que se enfrentan los candidatos, debido a la elevada tasa de desempleo, hace que conseguir un trabajo sea algo que sólo muy pocos alcanzan.
Por todo esto, muchos tras enviar centenares de currículos sin respuesta se llegan a preguntar ¿en qué estoy fallando? ¿cómo me diferencio de los demás? Ante esto nuestra única respuesta es aprendiendo idiomas.
Las encuestas revelan que actualmente el 32% de las ofertas de empleo requieren el conocimiento de alguna lengua extranjera, llegándose a doblar esta cifra en sectores específicos y para perfiles cualificados. El idioma por excelencia es el inglés, siguiéndole, y alcanzando cada día más importancia, el francés y alemán.
Vivimos en un mundo globalizado donde las empresas buscan operar en cualquier punto del planeta y crear lazos comerciales en distintos países. Por esto buscan que sus empleados sean capaces de comunicarse en diferentes lenguas.
En ocasiones es sólo un idioma además del materno el que se requiere, pero cada vez es más común encontrar puestos de trabajo donde exigen el manejo de tres lenguas distintas. Lo curioso es que en ocasiones los empleados afirman no haber usado ninguno de esos idiomas en su trabajo en su día a día.
Ante esta realidad, y cuando es usual ver 2000 solicitudes para una oferta de trabajo, el candidato sólo tiene una opción; aprender idiomas y certificar su nivel.
Por ello, son muchos los que hoy están estudiando para aprobar un examen oficial de idiomas. Nuestro primer objetivo después de enviar nuestra candidatura a un puesto de trabajo es pasar la criba curricular, y sólo lo conseguiremos si sobresalimos con un currículo que muestre haber obtenido algún título de idiomas.
Otro punto a tener en cuenta para todos aquellos que se encuentren en búsqueda activa de empleo es que dependiendo de la profesión a la que te dediques deberás aprender un idioma u otro, siempre para diferenciarte de tus competidores. Un ejemplo es en los sectores del comercio donde el chino tiene gran relevancia, o en el mundo periodístico donde es de gran utilidad conocer el árabe.
En esta guerra por conseguir un trabajo lo mejor es fórmate en los idiomas y superar las barreras que te impiden lograrlo.