
No, no nos estamos riendo de ti, de hecho estamos siendo muy serios. Y es que tener un jefe demasiado exigente y duro tiene sus ventajas. La primera de todas es que tener un jefe duro y exigente, ya de por sí, es un aprendizaje. Aprendes a gestionar la ira, a crecerte ante los retos, a buscar soluciones, a no perder el norte y en definitiva a ser un mejor profesional. Por que si no aprendes todo esto, no encontrarás ninguna ventaja. Un jefe duro no se va a contentar con cualquier cosa, dificultará el desarrollo del trabajo y sentirás que te exprime, pero si te dejas llevar y lo tomas como algo personal, acabarás hundido.
Aunque lo primero que deberemos hacer es diferenciar un jefe exigente de un mal jefe. Ambos son duros y críticos, pero el primero es exigente con sus empleados y consigo mismo y el segundo por lo general no. Con el primero aprenderás, te hará partícipe de los logros y reconocerá los objetivos cumplidos, con el segundo no aprenderás nada ni te felicitará de los logros que consigas, de hecho es más que probable que se agencie tus logros como suyos. En definitiva, un jefe duro no necesariamente tiene que ser tiránico, si es un buen jefe, buscará la calidad y el conseguir desarrollar un trabajo óptimo a todos los niveles, desde su faceta de jefe a la tuya de empleado.
Una vez que tenemos claro que nuestro jefe no es de los que sólo te exprimen por que sí e incluso lo hacen para esconder un posible problema de autoestima, lo que deberás hacer con tu jefe exigente es:
- Aportar ideas y ser creativo. No seas simplemente cumplidor por que sí. Un buen jefe, aunque exigente, sabe escuchar las ideas de los trabajadores, y si tus ideas son buenas y aportan, serán bien recibidas, seguro.
- Implícate y cumple tus objetivos. Un profesional que se implica y busca que su trabajo repercuta en el beneficio de la empresa será siempre un profesional valorado y reconocido. Ojo, eso no significa que no exista para ti nada más que el trabajo.
- Pide información. Si tienes dudas, no hagas las cosas a lo loco, reúnete con tu jefe y clarifica tu cometido, así facilitarás el entendimiento además de conseguir hacer lo que realmente te están pidiendo.
No lo decimos nosotros, lo dicen expertos que saben cómo trabajar con un jefe duro. Ánimo y demuestra que eres un gran profesional.