
En las últimas semanas estamos asistiendo a diversos casos de discriminación laboral por género. Uno de los ejemplos más sangrantes es la denominada brecha salarial, pero existen otros muchos. Todos estos ejemplos sirven para poner de manifiesto una realidad laboral muy complicada para todos, pero que se ensaña especialmente con las mujeres. En el momento en que un trabajador se ve como un gasto más que como un productor de beneficio para la empresa, debemos estar alerta. Y sin duda estamos asistiendo a este escenario. Es importante tomar conciencia de cómo está el mercado de trabajo, pero sobre todo conocer qué acciones son ilegales y cómo actuar contra ellas. Debemos ser capaces de conocer y defender nuestros derechos como trabajadores.
La discriminación laboral
Hace unos días veíamos un ejemplo claro de discriminación laboral. Esta noticia, donde se buscaba mejor a un hombre para aguantar el ritmo, fue viral. Es una muestra de cómo los prejuicios siguen existiendo en el mercado de trabajo. La discriminación laboral por razón de género se puede definir como la mayor dificultad de acceso de las mujeres a un puesto de trabajo. Para profundizar sobre el tema, puedes consultar el informe de Fundación Mujeres sobre Indicadores de discriminación por razón de sexo en las organizaciones. Pero la realidad no se queda ahí. La discriminación laboral ya no es sólo de género: es por procedencia, por identidad sexual o incluso por creencias.
Si somos conscientes de que la discriminación laboral nos puede afectar a todos, es más fácil que podamos luchar contra ella. No olvidemos que siempre se puede denunciar.
La brecha salarial
Una de las consecuencias de esta discriminación se materializa en la brecha salarial. Esta situación se da cuando una mujer cobra menos que un hombre por el desempeño del mismo puesto de trabajo. Aunque no lo parezca, suele ser habitual sufrir esta situación. Y más aún si se es madre, como por ejemplo podemos ver en este interesante artículo de Laboro. Porque la brecha salarial es un problema que nos afecta a todos. Evidencia una total y completa permisividad del incumplimiento de la legislación laboral. Tanto por parte de las empresas, obviamente, pero también por parte de los trabajadores, que somos permisivos con ese incumplimiento.
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