
Una mochila es donde guardamos todas las cosas importantes e imprescindibles cuando vamos a realizar un viaje, a clase, en definitiva, cuando salimos de casa. Una mochila bien hecha, organizada y adaptada a lo que necesito es, más que útil, indispensable. El concepto de mochila en el ámbito de la orientación profesional y laboral hace referencia a todo aquello que ya tengo y que necesito para realizar una búsqueda de empleo efectiva. Nuestra mochila tenemos que hacerla nosotros mismos y sobre todo ser consciente de lo que metemos dentro. A veces no valoramos lo que tenemos, y pensar en nuestra mochila, nos va a ayudar a aportarnos valor a nosotros mismos.
La mochila se compone de varias cosas: nuestra formación, nuestra experiencia (profesional y vital), nuestras habilidades (personales y profesionales), nuestras herramientas y actitudes… Todos contamos con todos estos aspectos en mayor o menor medida, lo que tenemos que hacer es organizarlos, hacerlos visibles y priorizar aquellos que me sean más útiles. La pregunta de partida sería ¿qué meto en mi mochila?, y a partir de ella empezar a realizar la lista de cada una de las áreas vistas más arriba:
Formación (reglada y no reglada)
La lista incluiría los conocimientos que tengo, títulos, aprendizajes formales y no formales que yo puedo demostrar y que aportan valor a mi curriculum.
Experiencia (profesional y vital)
Trabajos, prácticas, colaboraciones, voluntariado que he realizado, y por otro lado, experiencias de mi vida a través de las cuales he aprendido cosas aplicables al ámbito profesional (por ejemplo, he cuidado niños o he ayudado en el bar de mi tío)
Habilidades y competencias (personales y profesionales)
Qué cosas se me da bien hacer, qué me gusta y qué no me gusta, qué cualidades me definen, etc… Conocerse a uno mismo es importantísimo, pues nos orientará a saber qué meter en mi mochila.
Actitudes
Cómo me sitúo ante la vida, ante la búsqueda, ante la formación. Es decir, mi disposición de ánimo ante diversas situaciones y el comportamiento que se deriva de ella. Tenemos que ser muy sinceros con nosotros mismos a la hora de pensar en mis actitudes.
Y una vez hecho esto, tengo que ver qué meto en mi mochila y qué no, no vale todo, cogeré lo útil y lo demás lo desecharé, ¿o acaso quieres llevar lastre que no te ayuda? Haz tu propia mochila y valora lo que tienes, sólo así podrás situarte adecuadamente ante la búsqueda de trabajo.