
En la búsqueda de trabajo hablamos siempre de las herramientas que hay que utilizar: el curriculum, la carta de presentación, recomendaciones para hacer una entrevista, etc. De un tiempo a esta parte se habla mucho de cómo gestionar la reputación online, de crear tu marca personal, tu huella tanto en la vida real como en la vida virtual. Y para poder gestionar de forma adecuada y coherente ambas acciones no sólo hay que tener curriculum (online y tradicional) o gestionar las redes sociales. sino que también hay que tener ese soporte en papel que sea fácil de entregar, y esta tarea la cumple a la perfección al tarjeta de presentación.
Desde el momento en que la búsqueda de trabajo se plantea como un «darse a conocer» o difundir tu marca por la web y en eventos de networking, surge la necesidad de crear y tener tu propia tarjeta. En esta tarjeta deberán aparecer al menos tres cosas: tu nombre y apellidos, lo que haces y cómo se puede ver, y la forma de contactar contigo. Si tienes un logo, deberás añadirlo también. Evidentemente, la parte de nombre y apellidos está claro, pero ya las otras dos suelen conllevar más dificultad. Si eres una persona con una profesión clara y definida tienes ya un buen titular, «abogado laboralista»; «soldador arco / tig /mig», «cocinero especialista en cocina francesa», etc… Pero es importante cómo sintetizar esa profesión, hacerla clara y diferenciarla de alguna manera. Es importante especificar en qué eres especialista, qué se te da bien, qué es lo que puede ser tu marca diferenciadora y que te hace profesional en eso. El elegir bien este punto corresponderá al 60% de la eficacia de tu tarjeta. Y si tienes un blog, un espacio de flickr, youtube, etc donde se pueda ver de alguna manera aquello que haces y en lo que te ofreces como especialista, tendrás otro 25% ganado. El resto, la elección de un buen diseño, atractivo, original y claro hará el resto.
Hacer una tarjeta de presentación tradicional la puede hacer cualquiera, eso no es crear marca. Si la trabajas, analizas lo que quieres transmitir a la persona que la tenga en sus manos por primera vez y buscas ideas originales, seguro que tu tarjeta de presentación será una continuidad de tu marca, el fin último de la tarjeta. Para coger ideas, nada mejor que una búsqueda en la web. Y recuerda, llévala siempre encima, tanto si vas a eventos de networking como si no, nunca se sabe dónde puede surgir la oportunidad de tu vida.